lunes, 19 de marzo de 2012

Charla con la muerte

2
Esta historia jamás debería salir de mis labios, pero mi vida llegará a su fin en un período efímero de tiempo. Tras una existencia de estudio y de tormentosas relaciones por fin alcancé mi objetivo: Hablar con la muerte.

Tras realizar el secreto ritual que permite vislumbrar físicamente al ente que nos lleva ante la justicia divina mi sangre se congeló. El ambiente era frío y el viento estaba muerto como el corazón de un cadáver. No palpitaba, no se movía, no me rozaba…

Podría describirte cómo era, pero no le haría justicia. Rodeada de un halo de oscuridad densa, una faz ennegrecida me miraba, altiva y sonriente. Su dentadura era completamente blanca. Era un ser hermoso y no una calavera andante.

¿Por qué me has llamado?, me preguntó. Sus ojos eternos e inalcanzables mostraban el infinito. Eran inefables, lo siento. Sólo quiero hablar contigo, tranquilamente. La sonrisa de la muerte se hizo más amplia y me indicó con un ademán que me sentara. Posé mi cuerpo en el suelo, pero “él” no se movió.

Adelante… La parca me dio la oportunidad de charlar amistosamente con ella, así que no perdí el tiempo. No le hablé de lo que todo el mundo desea conocer. No le pregunté si morir es doloroso. No le exigí que me contara qué hay tras su visita. No.

¿Qué se siente al ser tú?

Ello se mostró sorprendido. No llevaba ninguna guadaña en sus manos así que las juntó para mostrarse pensativo. Es la pregunta más extraña que me han hecho. ¿Qué se siente? Un sufrimiento que tú jamás podrás entender. Una indiferencia por lo vivo que no podrás sentir. Tengo el deber eterno de seguir los designios del universo. No diré qué hago ni cómo lo hago, ni con qué seres trato. Tampoco te aclararé qué ocurre después ni qué está por encima de mi.

Le interrumpí. Eres menos interesante de lo que pensaba. ¿Realmente crees que el ser humano no puede sentir un dolor mayor al tuyo? Eres un ser insensible. Cuando te llevas a alguien sea por lo que sea causas un dolor insufrible a las personas que amaban a ese ser. Cuando el amor termina alcanzamos un tipo de muerte que tú no conoces. Morimos por dentro y derramamos lágrimas de sangre que no brotan de nuestros ojos. Cuando nos sentimos traicionamos sentimos momentáneamente que estamos solos en el mundo. Cuando una amistad se pierde creemos que somos lo peor que ha existido jamás. Cuando causamos una mala impresión a otro individuo pensamos durante días qué hemos podido hacer mal. Eres un ser patético que no siente dolor y que aún así se lamenta de ello.

La hermosa figura de la parca crispó la mirada y apretó los dientes. Me cogió del cuello con una sola mano y tras un grito airado y terrible me lanzó contra el suelo sin parar de proferir desgarradores chillidos. Su oscuridad empezó a colarse a través de los poros de mi piel y desapareció.

Sí, he conseguido que la propia muerte se lleve mi alma por despecho.
Adiós.

2 Response to Charla con la muerte

denna
19 de marzo de 2012, 15:29

¡buena interrupción!

19 de marzo de 2012, 15:33

Gracias, de verdad...

Publicar un comentario